• Plan Estratégico, ¿para qué?

     

    Plan Estratégico, ¿para qué?

    Algunos empresarios nos piden con frecuencia que les ayudemos a reorientar su negocio que, si bien en épocas pasadas disfrutó de una buena salud comercial y financiera, pasa en estos momentos por algunas dificultades.

    Cuando realizamos nuestro diagnóstico aparece habitualmente, como primera causa que explica el declive, la ausencia de una estrategia empresarial que marque el rumbo de la compañía. Resulta además muy curioso que, cuando informamos al empresario sobre nuestras conclusiones y sobre la necesidad de establecer un mapa de ruta, un plan estratégico (que de eso se trata, en definitiva) nos diga que la suya es una PYME, y que no tiene ni el tamaño ni los recursos ni el tiempo para plantearse la elaboración de dicho plan.

  • AIMASER colaboradora con la FUNDACIÓN AUTISMO DIARIO

    AIMASER colaboradora con la FUNDACIÓN AUTISMO DIARIO.

    El esfuerzo y el trabajo que las entidades sin ningún ánimo de lucro públicas y privadas desarrollan, son un ejemplo que fideliza el compromiso social del resto de empresas mercantiles, que con su colaboración y apoyo participan de sus proyectos con el objetivo común de incrementar el beneficio social.

    Fruto de la concienciación social, AIMASER colabora con la Fundación Autismo Diario para participar de su proyecto y conseguir dar voz a una realidad que requiere una atención y esfuerzo colectivo para integrar y normalizar una realidad que nos acompaña.

  • Planificar o improvisar… ¡esta es la cuestión!

    La importancia de preparar el relevo generacional en la empresa familiar

     

    Según el último informe del Instituto de la Empresa Familiar correspondiente al año 2015, en España hay 1’1 millones de empresas familiares. En este mismo informe, podemos apreciar que el 90% de estas empresas están en la primera o la segunda generación de su ciclo generacional. Concretamente el 46% de las empresas familiares están en su primera generación y el 44% están ya en segunda generación. Solo el 3% de las empresas familiares están en su tercera generación y el 7% están en su cuarta o posterior generación. La contundencia de estos datos ponen de manifiesto que la longevidad de estas empresas está muy relacionada con sus relevos generacionales.